No es difícil preparar una tortilla, pero no siempre nos queda a nuestro gusto. Uno de los retos más difíciles de este plato es conseguir que quede hecha por fuera pero jugosa e incluso líquida por dentro. Para aquellos que adoran este estilo de tortilla dejamos una serie de trucos y consejos que hemos recolectado de diversas personas y zonas geográficas.
Estos trucos valen para preparar cualquier tipo de tortilla que quieras que te quede jugosa, como la típica tortilla de patatas española o la tortilla francesa.
Uno de los trucos más populares para conseguir una tortilla jugosa es añadir un chorro de leche a la mezcla de patata y huevo antes de cocinarla. Más o menos, habría que añadir una cucharada de leche por cada huevo que se use.
Y es que la leche, al contrario que el huevo, no se va a cuajar cuando tengas la tortilla al fuego. Por lo tanto, se consigue que la tortilla quede jugosa con más facilidad. Aunque hay que tener mucho cuidado de no añadir demasiada leche. Además, como habría que tener más tiempo la tortilla al fuego, tendrás que estar más atento de que no se queme por fuera.
Un truco que usan algunos chefs de Betanzos, en Galicia (España), a la hora de preparar tortilla de patata es no batir demasiado los huevos. Simplemente los baten suavemente durante unos pocos segundos, con el objetivo de no llegar a mezclar la clara y la yema. Para ello, además, recomiendan usar una cuchara en vez de un tenedor.
Cuando se tiene la patata cocinada y los huevos batidos se junta todo en un bol, se revuelve la mezcla y, antes de verterlo en la sartén, se podría añadir un paso extra: machacar la patata con el huevo. De esta forma, se pretende que la patata suelte almidón y se impregne con el huevo, lo que va a permitir que la tortilla quede más líquida por dentro, como un puré.
Por supuesto, hay tanto partidarios como críticos hacia esta técnica. Sin embargo, para gustos los colores. Y es que este truco se puede aplicar al gusto de cada persona. Se podría, por ejemplo, optar por machacar levemente la mezcla para solo obtener un ligero punto de cremosidad en el interior de la tortilla. Y se seguiría apreciando los trozos de patata en el paladar.
La tortilla se debe cocinar a temperatura media – alta en todo momento para que la parte exterior de la se cuaje mas rápidamente que la parte interior. De esta forma, y si no dejas demasiado tiempo la tortilla al fuego, se consigue que a la parte interior no le llegue demasiado calor y no llega a cuajarse.
Además, en el caso de la tortilla de patata, es importante tener en cuenta que cuando se vierte la mezcla de las patatas y el huevo por primera vez en la sartén, esta deberá haber alcanzado ya un punto alto de temperatura. De lo contrario, la mezcla se podría acabar pegando a la sartén.
La sartén, aunque no lo parezca, se trata de un elemento importante a tener en cuenta si se quiere obtener una tortilla jugosa. De hecho, son muchos chefs los que recomiendan tener una sartén en casa para preparar exclusivamente este plato.
Primero, y lo más importante, es que sea antiadherente para que la tortilla no se quede pegada al fondo de la sartén. En segundo lugar, tiene que ser robusta y que pese poco, para que podamos darle la vuelta más fácilmente. Y en tercer lugar, que sea profunda, es decir, con bordes altos y suaves, para poder darla a la tortilla su característica forma circular.
Es importante tener en cuenta que la tortilla deberá tener un mínimo grosor para que el interior no reciba demasiado calor y quede más jugoso. Con una tortilla de menor grosor el interior de la tortilla se cuajaría al momento. Y para ello también hay que elegir una sartén de diámetro adecuado.